
El origen de los clarinetes sudamericanos
Apunte 003
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Cuando se revisan las obras de referencia sobre organología, es muy habitual encontrar encendidos debates sobre las "historias de origen". ¿De dónde procede tal o cual instrumento? ¿Quién fue el inventor, el creador inicial? ¿Cómo llegó a otras partes, qué conexiones existen entre ese y otros instrumentos?
(Las discusiones pueden tener distintas motivaciones, incluyendo las puramente chauvinistas: arrogarse la propiedad nacional de un determinado artefacto sonoro).
Una de esas "historias", al parecer aún en construcción, es la de los clarinetes sudamericanos.
Los instrumentos de lengüeta simple, conocidos popularmente —merced a la clasificación organológica vigente, de origen europeo— como "clarinetes", son bien conocidos entre las sociedades indígenas sudamericanas, especialmente entre las de la Amazonia y la Orinoquia. Entre ellas reciben distintos nombres: tantos como lenguas hablan sus constructores e intérpretes. Nuevamente gracias a la intervención europea (y su literatura etnográfica), uno de los nombres más conocidos, y en ocasiones usado como genérico, es toré.
Hay clarinetes idioglóticos (la lengüeta se corta a partir de la propia boquilla del instrumento) y heteroglóticos (la lengüeta es externa a la boquilla, y se sujeta a la misma mediante un lazo). Y los hay con la boquilla descubierta (que se mete dentro de la boca para ponerla a vibrar a través de la presión del aire) o con cámaras de aire en cuyo interior de ubica la boquilla. Entre estos últimos se ubican los ya mencionados toré: originalmente un clarinete del pueblo Wayampi, de Guyana, cuyo nombre pasó a servir como genérico para cualquier tipo de aerófono con características morfológicas similares.
Una de las preguntas más habituales entre los antropólogos, etnólogos y musicólogos desde fines del siglo XIX fue la del origen de esos instrumentos. Dado que no se han encontrado en sitios arqueológicos sudamericanos ni se mencionan en la temprana literatura —aparecen recién en el siglo XVIII— muchos autores, y entre ellos el musicólogo sueco Karl Gustav Izikowitz, han hipotetizado que son post-colombinos.
Tales autores no han considerado que el área de difusión de esos clarinetes (el área actual, al menos) no cuenta con sitios arqueológicos importantes, y que la propia naturaleza de los materiales con los que los clarinetes se construyen —caña, madera, calabaza y fibras vegetales, elementos perecederos en los climas cálidos y húmedos de las cuencas del Amazonas y el Orinoco— hace que los restos, de haber existido, no se hubieran preservado. Asimismo, los cronistas que describieron en detalle las características de las sociedades indígenas que habitaron esos territorios no llegaron a ellos hasta bien entrado el siglo XVIII, motivo por el cual no habría textos anteriores.
Existe otro elemento problemático. Si los clarinetes fueran, en efecto, post-colombinos, ¿serían de influencia europea, como señalan buena parte de los investigadores? Si es así, los gigantescos toré, con cámaras de aire, o los elaborados clarinetes isimói del pueblo Warrao, con varias piezas unidas con cera y una lengüeta heteroglótica que supera en longitud la del propio cuerpo principal del instrumento... ¿en qué instrumento europeo se basarían?
Existe la posibilidad, por supuesto, de una influencia africana, aunque ni los toré ni los isimói (por continuar con los dos ejemplos mencionados, un mínimo fragmento de la asombrosa diversidad de aerófonos de lengüeta simple nativos de Sudamérica) pueden conectarse con ejemplos africanos.
Dicho esto, algunos ejemplares muestran una decisiva influencia de los clarinetes campesinos europeos y de algunos de los más tradicionales aerófonos del África occidental. Los instrumentos de los Wayuu de la península de la Guajira (sawawa, ontorroyoy) y de los Yukpa de la Serranía del Perijá (timi, taparukcha) muestran influencias que pueden ser tanto ibéricas como africanas, mientras que la célebre caña 'e millo o pito atravesao del folklore colombiano tiene, con toda seguridad, un origen africano.
Así, pues, habría una presencia clara de tres tradiciones instrumentales en relación a los clarinetes sudamericanos. Y, con toda probabilidad, un diálogo entre ellas. Con todo lo que ello significa en materia de estructuras, diseños, uso de materiales, técnicas de construcción e interpretación, y repertorios...
Un ejemplo de semejante interacción es el erque o erquencho de los Andes: el único instrumento de este tipo actualmente presente en las tierras altas de América del Sur. Morfológicamente muestra conexiones directas con instrumentos del norte de España, como la berrona cántabra o el chifle asturiano, pero su técnica de interpretación (tocando la lengüeta con dientes o lengua para alterar la altura del sonido) y las melodías que emite son absolutamente locales.
Y es que no siempre hay una "historia de origen" única y clara... por mucho que ciertos estudiosos se hayan empeñado en construirla, eliminando en el proceso toda una asombrosa y rica diversidad.
La presente entrada pertenece a una compilación que ha sido publicada digitalmente por El Zorro de Abajo Editora. Dicha publicación es accesible a través de la sección "Artículos y compilaciones sobre música" de Instrumentarium.
Acerca de la entrada
Texto: Edgardo Civallero.
Fecha de publicación: 28.09.2023.
Imagen: Clarinetes de los Ayurini de Brasil. En Flickr.